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CERCLES CONCÈNTRICS

Joan Pau Romaní • mar 25, 2020

CERCLES CONCÈNTRICS


 Es un plaer poder disfrutar d’esmorçar trobo que és un plaer poder disfrutar de nou de Ràdio Garden, l’aplicació d’internet que et permet conectar amb totes les ràdios del món i que he descobert gràcies a aquesta explosió de informació que ha circulat a propòsit del coronavirus. El tempo més llarg i pausat que marca el confinament m’ha permès escoltar i saborejar el programa que per aquest matí ha preparat l’emisora Jazz Groove de San Francisco. La tenia clitxada de fa uns dies i quan sonàven els primers compassos d’una balada de Chet Baker he començat a preparar l’ensaladilla que menjarem aquest migdia. El temps un xic rúfol i l’estòmac ple han donat una certa calidesa a aquest moment i m’he posat a treballar amb una calma que feia temps que no disfrutava.

Tallades ja les patates vermelles i anant cap a les pastanagues, havien sonat dos temes de jazz clàssic de big bands dels 40. No és el jazz que m’entusiasma i de fet, amb un sol dit, podria haver canviat d’emisora si tot el programa anés per aquí, aquest dit que en l’época digital ens fa sentir petits déus, penso :amb espardenyes, però m’he deixat portar per el tema i les pastanagues i quasi sense ni picar la porta m’han visitat un seguit de pensaments amb imatges del pare i de com disfrutava escoltant aquells vinils que sonàven molts vespres al tocadiscs de casa, una part important de la meva banda sonora. Tot seguit m’he recordat que el meu fill Pau, l’altre dia em confessava que li agradava la música perquè recordava amb claredat que de molt petits la María i ell jugaven hores i hores a una habitació que anomenàvem l’habitació verda on els posàvem un enorme full de paper a terra amb pintures, pincells i estris diversos i que sempre hi havia música. Quina música li vaig preguntar ? jazz i piano em va dir, i ara visualitzo aquella habitació i els nens empastifats de dalt a baix, en silenci, concentrats en els seus dibuixos, com ara ho estic jo que s’han acabat les pastanagues i començo amb les mongetes, mentre a Ràdio Groove sona l’inici de “Tenderly” amb un saxo càlid que em fa exclamar paraulotes de plaer i que em translada immediatament al bell mig d’Holanda amb vint i uns quants anys, havia arribat en un tren d’interrail, el meu primer llarg viatge, i allà, en un piset que m’havia deixat la meva amiga holandesa, descobria una emissora que emetia jazz tot el dia i jo flipava amb els locutors de veu profunda com la del meu amic Arnau de Recasens , amb aquell holandès i anglès tant fluïd , radiant fins altes hores de la matinada i jo jazz i cervesa, com si estigués en el club Jamboree de Barcelona hores i hores, i llavors ha arribat el torn de les mongetes tendres que m’han fet estar més concentrat encara, perquè n’hi havia alguna de malmesa. El guitarrista Pat Metheny ja destil·lava la seva música per damunt de la taula de marbre i uns nous pensaments venien a visitar-me, el poble Espanyol de Barcelona i aquell orgasme sense fi, tot sol, enmig d’aquella multitud que de tant en tant ens miràvem ì la mirada ens ho deia tot, el goig de la música quan es disfruta amb tot el cos, i aquella guitarra que sonàva tant diferent, deixo l’ensaladilla que ja està preparada per després i penso en aquest fenòmen de la ràdio que és una mena de comunió on el calze és la música i tot està bé, i ara surt el sol il·luminant aquesta teranyina de núvols amb qui ha jugat a cuit i amagar , aquest matí havien protosticat pluja i els núvols senyorejaven, però el sol ha insistit i així el migdia s’ha fet més lluminós, el jazz no sempre s’ha d’escoltar als clubs nocturns i foscos, no ? què carai ! 

Por Paliam 28 mar, 2022
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Escucho la lluvia caer desde mi ventana, enciendo un cigarrillo llenando mi cabeza de humo y veo la vida pasar mientras leo en voz alta mi poesía favorita de Bécquer, aferrándome a mis pensamientos disipo todo a mi alrededor, solo estaban ellos sumergidos de humo. Mi segundo cigarrillo y aun llueve, es melancólico pensar, más aún cuando extrañas. La vida se interpone entre mascarillas, la humanidad se detuvo hace dos años. Dos años atrapados en un ciclo detrás de una cura. Enciendo el televisor, y a veces parece que ya se olvida, pero veo los muertos y los casos, me enciendo otro cigarrillo. Así pasa el día que no termina, las horas son tristes cuando solamente piensas. Hoy es un gran día para la poesía, desde el sofá de la casa empañada por la humedad recuerdo las rimas de este hombre que me hizo amar la poesía como mi vida. Las historias entre rimas son maltratadas por pensamientos y elevadas con la música del qué dirán. Hoy es un buen día para llorar, más solamente escribo. Escribo en presencia de la angustia entre desaparecer y volver a cuando era niña, sin problemas y sin ataduras. Ya solo veo árboles escapando de humanos, humanos atrapados en caretas protectoras contra el invisible. A veces pienso mal, pero pienso que la vida es muy injusta, vivimos en campeonato constante para ser los elegidos. Aun así obtenemos recompensa, presos en la propia cárcel que hemos construido, una cárcel muy buena, llena de lo que supuestamente necesitamos pero ya para mí innecesario. Hoy es el día de la melancolía, de abrazar la muerte con ternura, enciendo otro cigarrillo. Hoy por segunda vez recibo carta del médico, ofrezco mi alma al diablo y dejo que hable. Llevo semanas esperando un resultado que ya anticipo, mi muerte se acerca y no por el invisible, una muerte provocada por mis impulsos, por ansias de llenar los lugares de humo. ¡Qué hiciera yo sin un cigarrillo!, lo mismo pregunto ¿de qué sirve mi vida si no hay poesía?, si no hay con quien hablar, si mi familia está lejos para aplaudir. Es fascinante como llaman la atención del ser humano las cosas ahora, ahora que no las tenemos. Los días lluviosos son los peores, y a la vez inspiradores, cada gota de lluvia refleja mi vida, ¡Al fin escampa! Veo el sol, otro día más me lo tomo para hablar, aunque dentro de poco mis pulmones se evaporen yo le hablo a la lluvia, sonrío, pero una sonrisa como La Mona Lisa que no sabes hacia donde va. En la espera de fumar mi último cigarrillo leo a Bécquer, asumo sus rimas como si tuviera algún problema emocional, pero ¡¿qué poeta no tiene algo de locura?! Aquí estás tú leyéndome o tal vez te aburriste pero quiero que sepas lo mucho que he querido vivir, aunque haya sido mi peor vida. Suenan contradictorias hoy mis palabras, no me despido porque sé que siempre habrá vida y que siempre habrá poesía. Recuerdo cada verso como arcoiris después de la triste lluvia y simplemente lamento que mis últimos días sean los que han provocado todo este daño, ¡Si tú, cigarrillo infernal!, pero más que tú, yo; por haber pensado que sería para siempre. ¡Y saber que todos podríamos haber pensado esto alguna vez! Te llevo clavado hasta mis pulmones, trato de soltarte pero eres una de esas relaciones inflamables. Hoy me despido sabiendo que siempre seré poesía, melancólica y absurda pero abrumadora e indecisa. Obligada por caracteres militarizados alargo mi rima para que vivir pendiente al si te falta esto o aquello, al final querido cigarro, debería agradecerte por tantos ratos de compañía en mi oscura realidad, por lo menos siempre estás ahí en días como hoy donde leo sobre el sofá la carta más triste de la vida. Ella misma se despide de ti. No acabo el texto como desearía pero quién puede decir algo, si ya muero, solo deseo resucitar como ave o mariposa y no ser comida por algo mayor en esta cadena alimenticia.
Por ANA PEÑA 29 nov, 2021
Me han regalado un hurón. Sí, ya sé, es raro que hoy en día alguien regale algo fuera de un aniversario o Navidades. Me lo ha regalado mi suegra. Es un amor. Me refiero al hurón. Estoy segura de que su intención era noble pero el regalo ha sembrado la discordia en casa. No nos ponemos de acuerdo sobre el nombre. Tanto es así, que el animalito lleva un mes con nosotros y sigue siendo anónimo. Mi marido quiere llamarle Ramona, como su madre. A mí me sabe mal que nuestra mascota lleve un nombre tan poco del siglo XXI. A mí me gusta más Chewbacca, como el de Star Wars, pero él opina que es un nombre difícil de deletrear cuando vayamos al veterinario. Ahí seguimos, entre Ramona y Chebwacca. No nos hemos decidido en serio porque todavía no sabemos el sexo. Ya, ya sé que lleva un mes en casa, pero no es algo que se distinga a simple vista y nosotros somos muy pudorosos, no nos gustaría ofender al animalito. Mi padre se ha ofrecido a llevarlo al veterinario. No ve mucho. Me refiero al veterinario. Ya fuimos la semana pasada y no nos sacó de dudas. Esperamos tener más suerte esta semana, deducimos que el sexo del hurón no habrá variado, pero igual la vista del veterinario ha mejorado. Le tenemos mucho cariño. Me refiero a mi suegra.
Por María Elena Gómez 29 nov, 2021
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